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martes, 9 de diciembre de 2014

[Opinión] Hacia un Ministerio de la Mujer

Senador Quinteros y Ministra Claudia Pascual 
En los próximos días, la sala del Senado deberá votar el proyecto de ley que Crea el Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género. Si bien Chile ha avanzado en la eliminación de las distintas formas de discriminación contra las mujeres, aún persisten brechas de importancia que responden a un modelo de discriminación estructural que se expresa de diversas formas.

Durante el análisis de la iniciativa en la Comisión de Gobierno del Senado nos preocupamos de tener a la vista las distintas opiniones, estudios y legislaciones internacionales que, efectivamente, dan cuenta de la urgente necesidad de actualizar la institucionalidad en esta materia.

Actualmente, el Servicio Nacional de la Mujer –SERNAM-, es el responsable de todas aquellas materias propias de los derechos y de la realidad de las mujeres. Su creación, a principios de la década del 90 fue determinante para el desarrollo e impulso de un conjunto de políticas de Género, hasta esa fecha inexistentes en una sociedad que recién salía de una larga dictadura que contribuyó a la legitimación de un modelo que limitaba el rol de la Mujer en la sociedad y que, en la práctica, había validado la discriminación como forma de convivencia.

Sin embargo, el desempeño e influencia del SERNAM han estado condicionado por su ubicación dentro de la estructura del Poder Ejecutivo, las funciones que le son reconocidas y los recursos asignados.

El objetivo del Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género es el de fortalecer la institucionalidad de género, a partir de la consagración de una Secretaría de Estado que cuente con las capacidades normativas para desarrollar políticas y programas públicos intersectoriales y con pertinencia cultural y territorial.

Los detractores del proyecto fundan su oposición a la creación del Ministerio señalando que se busca que las mujeres sean iguales a los hombres sin reconocer su naturaleza diferente ni la esencia de las mujeres, a su juicio definida por la maternidad, la familia y la transmisión de valores.

Se equivocan. Cuando se habla de igualdad, lo que busca el Estado es garantizar a todas las ciudadanas y ciudadanos, sin importar su sexo, religión, cultura, edad, origen étnico o social los mismos derechos y deberes. De eso se trata, precisamente, la igualdad ante la ley.

La “esencia” a la que aluden tiene su base en una construcción social y cultural sustentada en una concepción de mundo en el que existiría un "orden natural" inmutable determinado por condiciones biológicas. La “escencia”, entonces, no es más que un conjunto de imágenes mentales simplificadas que, en pocos rasgos, definen qué es ser hombre o ser mujer.

Precisamente, para enfrentar estas simplificaciones que poco aportan a la madurez de la sociedad en materia de género y que profundizan la brecha de la discriminación es que resulta necesario fortalecer la institucionalidad a través de un Ministerio que cuente con mayores facultades, recursos y presencia nacional resulta indispensable para hacerse cargo de las principales discriminaciones y desventajas que experimentan las mujeres y para construir, en consecuencia, una sociedad más justa para todas y todos.



Por Rabindranath Quinteros Lara
Senador de la Región de Los Lagos

Columna de opinión publicada en El Llanquihue, el 6 de diciembre de 2014.



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