Esta
semana la Presidenta de la República, en coherencia con el programa de gobierno
y con la realidad económica del país, ha presentado al Parlamento para su
discusión el presupuesto de la nación para el periodo 2015.
Este
presupuesto recoge las prioridades del Ejecutivo, a las cuales adhiere toda la
Nueva Mayoría, existiendo pleno consenso entre los partidos de gobierno
respecto a los macro objetivos del proyecto. Ahora corresponde la sana y
republicana discusión entre los parlamentarios para ajustar los aspectos micro,
que siendo muy relevantes no cambian el sentido final, que no es otro que
fortalecer la educación, la salud, la protección social, la vivienda digna, la
cultura y el desarrollo de los pueblo originarios.
A su
vez, y reconociendo el menor crecimiento de la economía en los últimos doce
meses, este presupuesto tiene como segundo objetivo dinamizar la economía. Para
ello se ha propuesto un incremento del 9,8% del gasto fiscal, muy superior al
3,6% que proyecta para el crecimiento de la economía el próximo año. Esta
propuesta permitirá impulsar la economía y proveer al sector privado de un
impulso para sus inversiones, y con ello incrementar el empleo.
Lo
anterior es relevante, toda vez que consolida las políticas públicas contra
cíclicas -en nuestro país- como mecanismo efectivo desde el Estado para incidir
favorablemente en el accionar del mercado. Es decir, se reafirma que el mercado
por sí solo no puede hacerse cargo de las prioridades de nuestro país, sino por
el contrario que necesita del Estado.
Para
este impulso reactivador, el Estado invertirá durante el 2015 7 mil millones de
pesos, aproximadamente, que equivale a un aumento real del 27,5% en la
inversión pública, generando más de 130 mil empleos. Esta inversión permitirá
materializar obras públicas en materia de infraestructura vial, agua potable
rural, programas de mejoramiento urbano y de mejoramiento de barrios,
construcción de hospitales y salas cunas.
Como
representante de la Región de Atacama, estimo que el presupuesto ha equilibrado
en forma adecuada las necesidades nacionales con el desarrollo regional. Se ha
aumentado en un 16% el presupuesto para los gobiernos regionales; en más de un
15% el Fondo Nacional Desarrollo Regional FNDR; y en un 17,6% el Fondo de Apoyo
Regional o Fondo Espejo. A su vez, nuestros pescadores artesanales también
podrán disponer de recursos para fortalecer el sector, dado que el Fondo de
Fomento de la Pesca Artesanal aumentará en 25,1%, mientras que el Fondo de
Administración Pesquero lo hará en un 58,1%, con los evidentes beneficios que
esto conlleva para el sector.
La
Agenda de Productividad, Innovación y Crecimiento permitirá a empresas y
emprendedores contar con los recursos necesarios para aportar al crecimiento y
a la generación de empleo, con una marcada intensión de fomento inclusivo. Así,
serán más de 14 mil los emprendedores que podrán acceder al financiamiento de
sus iniciativas y más de 20 mil, los beneficiarios de fondos y asistencia técnica
de SERCOTEC. Es una buena noticia para todas y todos quienes deseen emprender
un negocio en forma autónoma.
La
Agenda Energética también está presente, promoviendo un desarrollo energético
seguro, eficiente, competitivo y sustentable. Para ello se licitarán más de 470
terrenos para la generación de energías renovables no convencionales (ERNC).
Estas medidas concretas son las que el sector necesita, para que de una vez
resolvamos parte importante de las complejidades que enfrenta el sector.
Este
presupuesto también aborda todos los sectores relevantes para nuestro
desarrollo como son la minería, el turismo, la agricultura y el transporte.
Por
último, me parece de toda justicia destacar el incremento en un 10% para
Educación. Ello significa un total de más de $ 7.600 millones, lo que permitirá
llevar adelante el fortalecimiento y las transformaciones necesarias propuestas
en el programa de gobierno. También subrayo el importante plan de inversiones
en Salud, de más de $ 4 mil millones entre el 2014 y el 2018. Sin duda, estas
inversiones nos permitirán avanzar en ámbitos pendientes de nuestro camino al
desarrollo.
Es
importante resaltar que la responsabilidad fiscal con la que se ha trabajado
por años en nuestro país, nos permite enfrentar sin riesgo el déficit
estructural del 1,1% del PIB, que se generará en favor de atender las
necesidades urgentes de las personas y, aumentar también los beneficios a los
sectores medios.
A
esta altura, resulta evidente que la reforma tributaria era necesaria para
responder no solo a la reactivación económica, sino que fundamentalmente para
el financiamiento de las reformas estructurales que estamos llevando a cabo en
conjunto como país y que estoy segura transformará y dignificará la vida de
millones de compatriotas.
Isabel
Allende Bussi
Presidenta
del Senado
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